Gustavo F. TrovatoMaría Soledad AccettaAntonella Donnes
El reconocimiento de los riesgos que lleva implícitos el desarrollo de la actividad económica o comercial de una corporación moderna sugiere la necesidad de establecer planes de acción para minimizar tales riesgos, planes que constituyen una pieza clave en la protección de los bienes y valores del mundo empresario del siglo xxi. Las empresas –especialmente las de gran o mediano volumen– deben asegurarse de que sean cumplidas las reglas vigentes para ellas y para su personal, y que, en caso de que sean cometidas infracciones que puedan afectar a la empresa o a terceros, éstas sean descubiertas y sus responsables, sancionados.
Este giro en la orientación práctica tradicional del Derecho Penal, aplicado a la actividad empresarial, comienza a intervenir por medio de sistemas de control normativo interno ex ante. Ya no se actúa (sólo) frente a la existencia del proceso penal, sino en un momento previo, intentando evitarlo.
Para ello es preciso desarrollar tales plantes de protección, que velen por el cumplimiento de las normas jurídicas que regulan la actividad, pero también el orden jurídico general. En tiempos modernos esto se estudia bajo el título de “Compliance”, cumplimiento del orden. En este sentido, el Estudio asesora en materia de implementación de políticas generales de cumplimiento (Manuales de Ética empresarial), sistemas de reportes y procedimientos de investigación interna (Corporate Governance & Risk Management).
Si bien estas tendencias han generado un aumento de la burocratización interna del mundo de los negocios, como contrapartida ahorra ingentes costos de sanciones administrativas o penales, protege la confianza de los directivos de las empresas en que cada uno vele por la juridicidad de su propio ámbito de actuación y mantiene a su vez el buen nombre de la empresa en el comercio y ante el público en general.